“Hoy, Día del Periodista en el Perú, no tenemos nada que celebrar. Todo está por reivindicar. El ejercicio del periodismo se encuentra en uno de los momentos más críticos de nuestra historia republicana reciente. Ya no se trata únicamente de la violencia que enfrentan las y los periodistas en todo el territorio patrio; estamos en un escenario hostil donde la verdad, columna vertebral de nuestra labor, es objeto de permanente ataque. No se intenta solo de imponer la mentira, sino instalar la desconfianza sobre aquello cierto”.
Esta fue la grave denuncia que realizó el Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) del Perú en el marco de conmemoración por el Día del Periodista, ayer 1 de octubre.
Plantón frente a Palacio de Justicia
La ANP convocó a los hombres y mujeres de prensa a realizar un plantón frente al Palacio de Justicia en la ciudad capital, para denunciar con pancartas en mano, la grave situación en que desarrollan su labor, caracterizada por hostigamientos, investigaciones bajo figuras delictivas, muertes, y una “estrategia sistemática para debilitar a la prensa, silenciar voces críticas y reducir el espacio democrático”.
A las 10 de la mañana, frente al Palacio de Justicia, decenas de periodistas se dieron cita encabezados por Zuliana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú. “A la fecha, la ANP ha registrado más de 200 ataques a periodistas en todo el territorio nacional. La violencia no hace distingos, golpea a reporteros en todas las regiones. Eso lo sabe la ANP y por ello, en la fecha, ha convocado a las y los periodistas de sus 124 asociaciones provinciales a movilizarse en defensa de las y los periodistas, en defensa del periodismo”.
Junto a la ANP estuvieron presentes periodistas de radio, prensa y televisión tanto de Lima como del interior del país; además de Pedro Salinas y Paola Ugaz, periodistas de investigación que destaparon el caso Sodalicio en el país. “Nos persiguieron, desperdigaron fake news a diestra y siniestra, tiraron barro sobre nuestras reputaciones y trayectorias, inventaron narrativas falsas, crearon demandas calumniosas para sentarnos en el banquillo de los tribunales y; lo más impresionante, es que lo consiguieron. En mi caso particular fui el único condenado en el caso Sodalicio…” señaló Salinas.
Mientras que periodistas del interior del país denunciaron que recibían “ramos de flores fúnebres afuera de la televisión, de la radio. Estamos dedicados a una labor de confrontación con el poder, y como sabemos, el poder no solo proviene de lo legal, también proviene de lo ilegal, y ese es el poder que más impunemente mata, está en contra de las voces disidentes, que es el periodismo. Tenemos un papel importante, sobre todo en tiempos como el que corre”.
¿Qué hacer ante esta situación?
Lainez plantea entre las medidas “denunciar esta situación, porque ya sabemos cuál va a ser la respuesta del Estado, esta película ya la hemos vivido en diciembre del 2022, y parte del año 2023. El Estado siempre niega las agresiones a periodistas, por eso para nosotros es fundamental los 29 casos que hemos reportado; tienen evidencia videográfica, hacemos públicos esos balances en tiempo real cuando hay estas agresiones, y esto lo llevamos también a instancias internacionales.
De hecho, la Federación Internacional de Periodistas, el Comité de Protección de Periodistas de Nueva York, Reporteros sin Fronteras, la Relatoría para la Libertad de Expresión reciben estos informes, saben cuál es la situación del periodismo en el país, saben que esto no es un hecho aislado, producto de la cobertura de protestas, sino que, en este país hay una política sistemática para acallar el periodismo, porque es el que está poniendo el foco donde hay que ponerlo, desde el periodismo independiente, cubriendo protestas. El país no hubiera podido conocer el caso Qaliwarma, los Mochasueldos, los Rolex, sino hubiera sido por el periodismo y por eso es que hay un ataque direccionado para hostigar al periodismo por todas las vías que pueda”.
“Frente a esta realidad, solo podemos reivindicar el buen periodismo. Lo hacemos en unidad, respondiendo colectivamente a las arremetidas de todos los poderes del Estado. Sabemos que nuestro deber no es con los poderosos, sino con la gente. Que nuestro lugar es la primera línea en la defensa del derecho del pueblo a saber. La información no es un privilegio: es un derecho del pueblo” finalizó.









