Un NO electoral a Kast, es la convicción frente a la amenaza antihumanista en Chile

Las trampas ideológicas de las derechas
La aparente moderación de Kast, con vista a la presidencia en 2026, oculta las aristas más tajantes de su agenda valórica bajo la capa de un “gobierno de emergencia”, que busca obtener un triunfo electoral en las urnas, para implementar un proyecto, no para administrar la democracia formal existente con sus cimientos éticos y políticos, sino para reemplazarlos, por una categoría de valores de orden y seguridad, y por un ejercicio autoritario del poder sin complejos. En sus discursos se puede observar la utilización de algunos elementos como:

-El miedo: al presentar a Chile como un país al borde del colapso con un relato catastrófico, que contradice los datos y distorsiona cifras oficiales, para justificar su discurso de mano dura, y posicionarse como el único capaz de “restaurar el orden”, convirtiendo la inseguridad cotidiana en una herramienta electoral.

-Retrocesos en derechos y libertades: demandando un pasado aparentemente seguro, cohesionado, libre, destruido hoy por la invasión de un “otro peligroso”, el migrante, el delincuente pobre, la feminista, la izquierda, el disidente, el opositor a sus ideas, etc., es cargar la culpa a “el enemigo interno” que debe ser “castigado”.

– El autoritarismo: vendiendo su eficiencia, al aplicar mano dura vertical desde el poder para resolver los problemas sociales; tal elemento desconoce que los cambios, en la vida real, requiere políticas públicas sólidas, consensuadas, en el marco del fortalecimiento institucional de nuestro Estado. Evidencia su ultra pinochetismo y ultra conservadurismo atentando al necesario pluralismo democrático.

-Afirmar un momento electoral favorable, inevitable y espontáneo: ocultando su pertenencia a redes conservadoras poderosas, activas en el uso de marketing político sofisticado que incluye campañas de desinformación, financiamiento nacional e internacional de la élite, maquillando su pertenencia a ellos, utilizando un relato en base a la frustración social como arma electoral, pero sin proponer transformaciones que reduzcan la desigualdad social.

Con estos y otros elementos se construye su propuesta política vinculada a un “gobierno de emergencia” y a la “noción de orden” de Kast, quien se ha ubicado en la misma familia ideológica de Trump, Milei, Bolsonaro o Giorgia Meloni con quienes comparte un fuerte sentimiento anti izquierda. Él es un riesgo inminente para la democracia, porque representándose como una persona del “establishment” y contando con la colusión mediática suficiente, impulsa veladamente la oposición al matrimonio igualitario, disidencias sexuales, identidad de género, aborto en tres causales, sueldo mínimo establecido, indemnización por años de servicio, condenas por atropello a los derechos humanos en dictadura y estallido social, la migración, salud sexual y reproductiva, edad de jubilación de hombres y mujeres, defensa de las AFP, es decir; un discurso que hace evidente, en su eventual gobierno, la pérdida o retroceso de derechos sociales, como la PGU y condonación del CAE, al aplicar su anunciado recorte al gasto fiscal en US$ 6.000 millones.

La política de la ilusión y el engaño
El soporte de expertos y analistas de José Kast argumenta que los debates suelen tener más impacto en la primera vuelta que en la segunda vuelta y que en esta última no» mueven la aguja» significativamente.

Más que comunicar en detalle su programa de gobierno, su discurso preconcebido carece de detalles específicos sobre cómo se financiarán o implementarán las medidas, especialmente en áreas clave como la salud, la vivienda y la educación; lo que suele marcar su pauta son sólo frases memorables y enfrentamientos directos.

Es criticable la superficialidad de su discurso político y la falta de responsabilidad con los electores.

Su táctica, es hasta ahora, evadir respuestas concretas o utilizar eslóganes vacíos, creando la ilusión de propuestas sin un sustento real, lo que es a fin de cuentas un tipo de engaño al electorado.

Sus discursos polarizantes o extremistas apelan a la división social y lo más peligroso es la cancelación de quienes él ve como sus “enemigos”.

La contradicción entre discurso y las acciones históricas de las derechas que promueven a José Kast
Circula en redes un post firmado por dos valientes periodistas chilenas Alejandra Matus y Mónica González, en que se detalla las acciones de las derechas en Chile, de allí extractamos datos:

-Se robaron 725 empresas del Estado y las repartieron entre familiares y amigos durante la dictadura Cívico Militar. Les robaron a los trabajadores los años de servicio y otros derechos laborales. Fue Ponce Lerou, el yerno de Pinochet, junto a los más «vulnerables» de este país, los multimillonarios Angellini y los Matte los que, durante 40 años, se beneficiaron con el Decreto 701, subvencionando el 75% de sus plantaciones de monocultivos.

Se han coludido contra el pueblo. Es la elite empresarial y la desidia de la clase política que ellos corrompen y financian quienes meten sus sucias manos en los bolsillos de la gente. Ellos especulan, manipulan el mercado. Los esbirros de la Dictadura de Pinochet se quedaron con los recursos de la Deuda Histórica de los Profesores. Fue la derecha y su espuria Constitución del 80 y su Código de Aguas como se quedaron con los Derechos de Agua, provocando escasez hídrica y dejando comunidades enteras en la miseria, quebrando la pequeña agricultura, matando sus animales.

Hablando de la Constitución del 80, ¿Quiénes mintieron, manipularon, boicotearon un proceso democrático para cambiarla?, fue la derecha y sus nuevos socios amarillos y auto proclamados «centro izquierdistas”. Y en los casos de corrupción y desfalcos más escandalosos de la historia republicana, El Pacogate, Milicogate, Caso Fragata, desfalcos en FACH, PDI, Municipio de Viña del Mar, Maipú, Las Condes, Vitacura, Los Nogales, Santiago, etc., sumados todos, son más de $500.000.000.000 (Quinientos mil millones de pesos chilenos) desfalcados al Estado por la derecha chilena. ¿Quiénes saquearon durante el Estallido social?, concejales de la UDI, funcionarios de Maipú, Seguro de Barriga, Carabineros coludidos con gendarmes. Empresarios del rubro librería en Valparaíso, gerentes de empresas de seguridad.

¿Quiénes trafican armas?, las roban militares y carabineros y las trafica gente asociada a la ultraderecha de grupos como Apra, Republicanos, Comando Triziano, Patria y Libertad. ¿Quiénes trafican droga?, sobrinos de ex Ministros como Larraín y sobrinos del RN Chahuán. ¿Quiénes lucran con nuestros dineros de jubilación?, es la elite empresarial. Esa que pierde tus fondos mes a mes pero que retiran grandes sumas de dinero por la «Utilidad» de una inversión que tú haces, con tu dinero, pero que sólo accedes a las pérdidas.

Han asesinado, torturado, exiliado, relegado, desaparecido. –

Imposición e impunidad del poder en las situaciones mundiales
El tipo de relaciones internacionales y definiciones respecto a el momento geopolítico es también relevante. Por ello es necesario considerar en esta elección del día 14 próximo para oponerse al fascismo de José Kast, lo que ha anunciado en términos de relaciones internacionales y de su posición respecto a la geopolítica.

Estamos en una situación apoyada por José Kast, en donde en el marco de la reeditada Doctrina Monroe (o Donroe), la fuerza militar norteamericana ocupa el Caribe y amenaza hacia América Latina mientras se dicta desde la Casa Blanca lo que tiene que hacer electoralmente y políticamente la gente en Latinoamérica. Le dijeron que apoyara a Milei en Argentina, le dijeron que apoyara a Paz en Bolivia, le dijeron que apoyara a Asfura en Honduras, que amnistiaran a Bolsonaro en Brasil, le prohíben defender la soberanía de Venezuela y así seguirán interviniendo en las elecciones en Chile, Colombia, y en cada país “al sur de Estados Unidos, es decir, colocan sus soldados amenazantes a una tierra de paz y simultáneamente van dando sus órdenes hacia la población civil latinoamericana.

La intervención y extorción de Trump en Latinoamérica, viene siendo con aplicación de aranceles gigantes e injustificados, con aportes financieros y permisos para las remesas de migrantes, supeditadas al voto ciudadano por los amigos de Washington. El relato de La casa Blanca de su guerra contra los narcos, no le impide liberar a un narco ex presidente hondureño, condenado a 45 años por la justicia de Estados Unidos, y hacer la vista gorda con el tráfico de cocaína desde Ecuador, país liderado por el dueño de la mayor empresa bananera, en cuya carga la policía europea ha encontrado cuantiosa droga. Su justificación es insostenible, pero lo evidente es acallado.

Mientras tanto la intelectualidad latinoamericana, el periodismo y las universidades hacen silencio cómplice o derechamente hacen una lectura que desinforma a las chilenas y chilenos, como si no fuera suficiente el mirar hacia la historia reciente de intervención militar de Estados Unidos, en donde fueron destruidos países completos en medio oriente, destruyendo Irak, destruyendo Siria, destruyendo Libia, destruyendo Palestina y el Líbano; amenazando a Irán y frente a esas masacres, toda esta gente supuestamente inteligente e instruida, mantiene un silencio que la historia juzgará. Una cosa es velar por los intereses personales o profesionales y otra cosa muy distinta es ser cómplice pasivo de la canalla.

Es realmente insoportable el silencio político, periodístico e intelectual frente a una amenaza militar desproporcionada, sin fundamento, para esta tierra que ha logrado ser una zona de paz. Este fenómeno ya lo vemos instalado en la Unión Europea, en donde se cancela y persigue cualquier voz experta que, pública y de forma argumentada, promueva la diplomacia y el dialogo, oponiéndose a la demencial dirección belicista, en que las autoridades actuales de la UE promueven el fin del estado de bienestar europeo, y el sacrificio de las vidas de su juventud en una eventual guerra convencional o la destrucción masiva del planeta en una guerra nuclear.

Pronto vendrán las presiones sobre los países de nuestro continente, para que se haga el mínimo de negocios con China (ya vimos los casos en Chile en la licitación de impresión de pasaportes y la congelación de la construcción de un observatorio en el Cerro Ventarrones, en Antofagasta), lo mismo será con Rusia y seguramente prontamente con India, aunque no lo quiera reconocer explícitamente.

Kast y su entorno, en su momento apoyaron las atrocidades violentas de la dictadura y, por tanto, no les complica avalar un despliegue sangriento y homicida del ejercito de Trump; ya conocen esa posición indigna.

Un NO electoral a Kast es un compromiso con la sobrevivencia, con la soberanía y con el derecho a vivir en paz.

Posición del Humanismo Universalista, una reflexión frente a la disyuntiva actual
“Quererse libre es quererse en un mundo en el que el valor humano de uno y de los demás cobre categoría de tal, en reemplazo del hombre-mercancía, del hombre-productor o consumidor.

Quererse libre es no desear un mundo de trabajo imbecilizante sino humanizante, en donde la producción sea el correlato material de la solidaridad y en donde cada cual produzca según su posibilidad, recibiendo según su necesidad: No según la necesidad que el Estado quiera fijar.

Quererse libre no es quererse simplemente en un mundo en el que el autoritarismo de unos reemplace al de la etapa anterior.

Quererse libre es quererse con intimidad y ser para otros, garantía de intimidad. Es quererse individuo pleno y sentir el para-si y para-otro con la misma fuerza solidaria.

No es quererse libre explotar y ser explotado, controlar y ser controlado, espiar y ser espiado.

Quererse libre es por consiguiente quererse en un mundo humanista, no autoritario, no burocrático, no partidario, sino paradisíaco.

En un mundo que siempre estuvo en el corazón de los hombres buenos y acicateó su imaginación y sus obras fuera de la época, fuera de la prehistoria en que vivieron.

Quererse libre es querer salir de la prehistoria produciendo una ruptura temporal y entrar en la historia verdadera y cálidamente humana.

Quererse libre es querer una nueva sociedad en la que no se sienta el freno o el control, sino la total incapacidad de ejercer cualquier violencia propia de la prehistoria humana.

Quererse libre es quererse en un mundo en el que no sea necesario utilizar la palabra «amor» por pudor y por sobreentendida.

Quererse libre es quererse en una sociedad donde el ateísmo no esté reprimido y donde la religión interior y personal no sea una fuga de la realidad.

Quererse libre es querer un mundo donde la razón y el saber no tengan ya inquisiciones y en el que incluso la poesía pueda oponerse a la razón sin división interna del poeta.” –Silo-

 

 

Redacción colaborativa de M. Angélica Alvear Montecinos, Guillermo Garcés Parada, César Anguita Sanhueza, Sandra Arriola Oporto. Comisión de Opinión Pública

Partido Humanista de Chile

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