Nuevo informe sobre ataques contra personas defensoras de bienes comunes
Por Giorgio Trucchi | LINyM
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El mes pasado, Global Witness publicó su informe «Raíces de resistencia», en el que documenta las luchas de quienes defienden tierra, territorios y bienes comunes, denunciando al tiempo asesinatos y desapariciones acontecidas en 2024.
El elevado número de víctimas evidencia, una vez más, la tragedia que viven todas aquellas personas, comunidades y organizaciones “que con valentía alzan la voz o emprenden acciones para defender sus derechos a su territorio y a un ambiente limpio, sano y sostenible”.
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El año pasado, 146 personas fueron asesinadas o desaparecieron por desempeñar esta labor. Tres personas por semana. Son 2.253 las víctimas mortales en los últimos 13 años (2012-2024). Un promedio de 173 cada año.
También se documentaron 14 asesinatos de personas – dos eran niños – que se vieron involucradas en ataques contra personas defensoras, en su mayoría familiares que estaban presentes durante la agresión.
América Latina, la más mortífera
Colombia sigue siendo el lugar más mortífero para defensores y defensoras con 48 personas asesinadas o desaparecidas. Le siguen Guatemala (20), México (19), Brasil (12), Filipinas (8) y Honduras (6).
Una vez más, América Latina resulta ser el continente más letal con el 82% de los asesinatos (120). Las cuatro desapariciones registradas ocurrieron en Chile, Filipinas, Honduras y México.
Si bien las cifras globales del año pasado son más bajas en comparación con 2023, pasando de 196 a 146, esto no indica que la situación de las personas defensoras esté mejorando, ni reflejan las tendencias de violencia en cada país, asegura Global Witness.
Por diferentes razones, muchos de los ataques no se denuncian o existen obstáculos para verificarlos. Por ende, es muy probable que estas cifras estén por debajo de la realidad.
Los pueblos indígenas y los campesinos resultan ser nuevamente los más afectados, respectivamente con 50 y 54 personas asesinadas o desaparecidas. Es decir, dos tercios del total de ataques letales.
Extractivismo sembrando muerte
La actividad minera y extractivista fue el sector donde se concentró el mayor número de asesinatos, seguido por el de la tala forestal, la agroindustria, la construcción de infraestructuras y la generación de energía.
Otro elemento que se repite es el de la impunidad. La ONG británica advierte que son pocas las veces en que se llega a capturar y sancionar a los autores materiales, y casi nunca a los mandantes del crimen.
“En el contexto de la creciente demanda de alimentos, combustibles y materias primas”, señala Global Witness, “se ha registrado un fuerte aumento del acaparamiento de territorios en beneficio de la industria minera, la explotación forestal, la agroindustria y los proyectos de infraestructuras, sin consultar, ni compensar adecuadamente a las comunidades”.
Ante esta situación, los autores del informe hicieron un llamado a los Estados, para que aborden urgentemente y seriamente las causas que motivan las agresiones contra personas defensoras, y desarrollen marcos jurídicos sólidos y vinculantes sobre empresas y derechos humanos.
Asimismo, se comprometan a garantizar el reconocimiento y la protección de las personas defensoras y sus comunidades, adopten declaraciones, marcos y mecanismos internacionales y regionales que las protejan, combatiendo al mismo tiempo su criminalización y garantizando una justicia transparente y rápida.
Fuente: LINyM