Durante su intervención ante la presente Asamblea General de la ONU, el presidente Donald Trump desplegó un repertorio de afirmaciones que, lejos de ajustarse a la verdad, constituyen una sucesión de mentiras deliberadas sobre conflictos internacionales, economía, salud y medio ambiente sin pudor alguno y en la cara de todos los mandatarios del mundo entero, siendo estas evidenciadas por verificadores independientes internacionales, prensa y líderes mundiales, donde muchas de ellas, a duras penas resisten análisis.
Mentiras sobre conflictos internacionales
Trump afirmó que la disputa entre Egipto y Etiopía fue una guerra desenfrenada con miles de muertos, cuando en realidad se trató de un conflicto diplomático por la construcción de una presa etíope, sin llegar a un enfrentamiento militar abierto. Señaló también haber detenido una guerra activa entre Serbia y Kosovo, cuando no existe un conflicto armado actual sino tensiones políticas y fronterizas. En cuanto al Congo y Ruanda, sostuvo que EE.UU. ayudó a resolver el conflicto, pese a que las hostilidades continúan y no hay evidencia alguna de mediación estadounidense. Igualmente, India desmintió por completo que Trump haya mediado en un alto el fuego con Pakistán: no solo no existió tal proceso, sino que el conflicto sigue regulado bilateralmente.
Manipulación económica descarada
El presidente aseguró que la inflación en EE.UU. estaba bajo control, cuando los propios datos oficiales mostraron un alza del 2,7% al 2,9% interanual. Atribuyó aumentos en alimentos y energía a factores externos, sin admitir que los aranceles impuestos por su administración encarecieron la canasta básica y la electricidad, que subió un 6,2% anual. En cuanto a la inversión estadounidense en el exterior, infló las cifras a 17 mil millones de dólares; la propia oficina de prensa de la Casa Blanca admitió que los números apenas superan los 9 mil millones, y que incluso esa cifra es dudosa.
Mentiras sobre vacunas y cambio climático
Trump no dudó en minimizar el impacto de la pandemia y la eficacia de las vacunas, pese a la abrumadora prueba científica de que estas han salvado millones de vidas. Utilizó su tribuna en la ONU para desacreditar el consenso internacional y alimentar posturas antivacunas sin fundamento. Más grave aún resultó su afirmación de que el cambio climático es “la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo”: el negacionismo climático, en contradicción absoluta con la ciencia y los informes de la ONU y la NASA, demuestra una indiferencia peligrosa hacia la crisis ambiental global y el futuro del planeta.
La respuesta internacional: Boric llama a desobedecer a los mentirosos
El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue uno de los pocos líderes que enfrentó de manera directa este cúmulo de falsedades. Desde el mismo podio y sin ambigüedad, señaló:
“Se ha afirmado, en este mismo podio, hoy día, que no hay tal cosa como el calentamiento global. Esa no es una opinión, es una mentira, y las mentiras debemos combatirlas.”
Boric remarcó: “En democracia, hay que respetar la diversidad de opiniones. Pero a la vez que respeto esa diversidad, enfrento la insolencia de quien miente, más aún cuando es consciente de ello”, y acto seguido, relató las mentiras de Donald Trump.
Un cierre incendiario: el infierno para todos
Como broche de oro en su intervención, Trump no titubeó al asegurar que todos los países presentes en la ONU “se irían al infierno”. Esta actitud desafiante y la sucesión de mentiras deliberadas han sido ampliamente condenadas tanto por mandatarios como por la prensa internacional, evidenciando no solo una falta de respeto sino un peligroso desprecio por la verdad y la diplomacia global.