El pasado fin de semana, cientos de jóvenes autoconvocados, identificados como parte de la Generación Z, tomaron las calles de Asunción para exigir el fin de la corrupción y la impunidad en el país. Vestidos con camisetas de la selección paraguaya y portando pancartas con consignas críticas al oficialismo, los manifestantes hicieron oír su voz en una jornada marcada por el descontento ciudadano.
A pesar de un despliegue policial de casi 3.000 agentes, que incluyó bloqueos y detenciones consideradas arbitrarias, la protesta se desarrolló mayormente de forma pacífica. Los participantes denunciaron el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades y exigieron la liberación inmediata de los detenidos. Desde sectores cercanos al oficialismo cartista se intentó desacreditar la movilización, sin lograr frenar su impacto en redes sociales y espacios públicos.
La Policía Nacional informó que la convocatoria reunió a unas 400 personas, aunque los organizadores aseguran que la participación fue mayor y se mostraron optimistas con miras a futuras protestas. Afirmaron que seguirán movilizándose hasta lograr respuestas concretas frente a la corrupción y la impunidad en el país.